En su ópera Electra, estrenada en Dresde en 1909 y discretamente montada por estos días en el porteño Teatro Colón, el compositor alemán Richard Strauss refiere, ceñido a un mito griego, cómo Electra planea vengar la muerte de su padre, el rey micénico Agamenón, presuntamente asesinado por Clitemnestra y Egisto, madre y padrastro de Electra, pese a la inmolación de Ifigenia, hermana mayor de Electra, dispuesta por Agamenón durante la guerra de Troya. Crisótemis, hermana menor de Electra, intenta infructuosamente instar a Electra a desistir de su venganza. Electra logra delegar la autoría material del asesinato de Clitemnestra y Egisto en Orestes, hermano de Electra, dado por muerto y reaparecido para vengar la muerte de Agamenón de común acuerdo con Electra. Durante un tenso encuentro con Electra, Clitemnestra menciona el goteo de la clepsidra, reloj de agua utilizado por los antiguos egipcios, griegos y romanos. Clitemnestra parece advertir a Electra sobre la inconveniencia de la gota que rebalsa el vaso. Sobre la inconveniencia del exceso. Lo cual no impedirá que Electra permita un excesivo goteo de la clepsidra de Clitemnestra y se suicide para reencontrarse en el más allá con Agamenón, tras haber vengado la muerte de su controversial progenitor. En la escena final de la ópera de Strauss, Electra parece perdonar a Agamenón la inmolación de Ifigenia y se autoinmola para igualar su situación existencial a la situación existencial de Clitemnestra, Ifigenia, Agamenón y Egisto. Electra permite deliberadamente que la clepsidra de Clitemnestra gotee más de lo debido.
Mientras los operómanos del Colón nos delectábamos con la ópera de Strauss, la clepsidra de Clitemnestra goteó, desde el cielo, más de lo debido, como lo revelaron las intensas lluvias caídas en estos últimos días sobre la geografía porteña y bonaerense, permitiendo que la crecida del río Luján inmolase al adolescente lujanense Nahuel Reyes, tal como Agamenón inmolara a Ifigenia durante la guerra de Troya. La Clitemnestra de Strauss hacía bien en preocuparse por el goteo de su clepsidra.
Clepsidras atenienses (s.V a.C.)